Mi primer squirting con un cliente, una experiencia inolvidable

Mi primer squirting con un cliente, una experiencia inolvidable

Por CAROLINA

Como trabajadora sexual que soy, pensaba que ya lo sabía todo del sexo, que había probado todas las posturas y que me sabía todos los trucos. Me equivocaba. La semana pasada me registré en el foro sexomercadospain, me presenté y subí un par de fotos mías de lo más sensuales para ver que sucedía. Ese mismo día recibí un par de mensajes privados de posibles clientes que querían verme.

Me puse de acuerdo con uno de ellos para quedar esa misma noche. Como en cualquier otra cita me di una ducha, me arreglé y me puse uno de mis mejores vestidos. El cliente llegó puntual a la cita. Era un chico joven, alto y muy atractivo. Llevaba una cresta en el pelo que le quedaba verdaderamente bien y sus ojos penetrantes llamaban ostensiblemente la atención.

Nada más llegar le pedí que se diera una ducha, pues es algo que hago con todos mis clientes. Cuando salió de la ducha, totalmente desnudo y con las gotas de agua descendiendo por su torso, enseguida supe que disfrutaría con ese polvo.

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¿Dominar o ser dominada? En esta oportunidad elegí lo segundo

Se colocó en frente de mi, a tan solo unos pocos centímetros. Me preguntó que si prefería dominar o ser dominada. Le respondí que depende del día. Él sonrió y me contó cuáles eran sus intenciones en este encuentro… “quiero hacerte gozar”.

Sin tiempo para que yo pudiera hacer nada, me señaló la cama con su dedo índice y me pidió que me recostara con las piernas bien abiertas. Luego se acercó lentamente y empezó a lamerme la vagina de una forma como nunca antes lo habían hecho. Sentía que estaba verdaderamente húmeda y en aquel momento solo tenía ganas de devolverle a él todas esas sensaciones.

Experimenté una sensación única

Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo se detuvo por completo. Me sentí totalmente descolocada y con muchas ganas de follar. Pero él mandaba, al fin y al cabo era el que pagaba. Acercó su pene hasta mi cara, era una polla perfecta y dura como una roca. Se recostó sobre la cama y empecé a chupársela mientras él me agarraba del pelo.

Una vez más cuando sentía que estaba a punto de correrse en mi boca, me dijo que parara. ¿Qué tendrá este hombre en contra del orgasmo pensé para mis adentros? En cualquier caso, me pidió que me pusiera a cuatro patas. Sentía que me iba a pedir algo raro, pero no fue así.

Con sus dedos índice y anular empezó a estimularme el clítoris, primero lentamente y luego a toda velocidad, parecía que estaba poseído y entonces me ocurrió algo que jamás había imaginado. Me corrí de forma explosiva y cuando miré el suelo estaba completamente empapado. Había tenido mi primer squirting. Lo había visto en vídeos y algunas chicas me habían hablado de ello, pero pensaba sinceramente que no era verdad, que eran vídeos falsos y estaba todo manipulado o que muy pocas mujeres podrían alcanzarlo. Pero yo lo había hecho.

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Un encuentro sexual inmejorable y placentero

El cliente parecía orgulloso de sí mismo. “¿Lo ves? Te dije que te haría gozar” se pavoneaba. Le pregunté que donde había aprendido a provocar el squirting, pero no quiso responderme. Solo se atrevió a decirme que me sería más fácil provocarme el squirting a partir de ahora.

Yo estaba eufórica, nunca antes me había pasado nada así y estaba como loca por volver a probarlo. Me preguntó si quería que me tocara de nuevo y yo asentí con la cabeza. La situación volvió a repetirse y volví a correrme mojando de nuevo el piso. ¡Wow, pensé! Entonces lo tumbé en la cama y empecé a cabalgarle hasta escucharle gemir. Se había corrido dentro de mí, y mi trabajo había concluido. Empezó a vestirse de nuevo, me pagó el servicio y se fue. Aquella fue una de las pocas veces en las que, mirando atrás, quizás hubiera rechazado el dinero, al fin y al cabo, fue tan placentero que sin duda alguna hubiera repetido con él incluso a cambio de nada.