Fiestas del sexo: así son los eventos que organizo junto a mi chico

Fiestas del sexo: así son los eventos que organizo junto a mi chico

Por CAROLINA

Desde que salgo con mi chico he conocido un mundo nuevo en lo que al placer se refiere.

Lo reconozco, antes de conocerle yo era un poco mojigata. No es que fuera virgen ni nada de eso, pero tenía una visión del sexo bastante limitada. Gracias a él he podido ampliarla muchísimo y ahora puede presumir de tener muchas experiencias inolvidables que además hemos compartido juntos. La alumna ha superado al maestro, y hace un año más o menos yo ya me sentía preparada para dar el paso e ir más allá. Así que le propuse a mi chico celebrar fiestas del sexo.

Lo cierto es que visto desde fuera puede parecer algo demasiado loco o salvaje, pero cuando participas en una de ellas descubres que es mucho más natural de lo que imaginaste, y sobre todo, que hay maneras de disfrutar de la pasión que van mucho más allá de lo que habías logrado probar hasta ese momento. Pero hay que ser valiente y dar el paso. Entiendo que no sea lo mismo para todos, y es que todas tampoco tienen el novio que yo tengo, y que siempre está dispuesto a complacerme en todo lo que le pido. Y si le digo que quiero hacer fiestas sexuales, él no me pone ninguna pega.

fiestas sexo

Cómo se nos ocurrió esta idea

La verdad es que habíamos oído hablar de este tipo de fiestas hacía un tiempo, aunque pensábamos que eran algo propio de las celebrities, y que gente normal como nosotros no podría estar a ese nivel. Sin embargo, conforme fuimos conociendo a más gente que había estado en ellas, entendimos mucho mejor su funcionamiento. Nosotros ya teníamos cierta experiencia en orgías juntos, pero no eran a ese nivel, sino simplemente unos cuantos amigos en una casa durante una noche. Estas fiestas eran algo distinto. Yo quería que las mías lo fueran.

Por eso le propuse a mi chico la idea de organizar una de estas fiestas para reunir a nuestros amigos y conocidos, con los que teníamos más confianza, con aquellos que sabíamos que estarían interesados en algo así. Evidentemente, serían fiestas donde el sexo tendría mucha importancia, pero al principio serían veladas normales, con buena música, buena comida, algunas copas para relajar el ambiente… Y luego, lo que surgiera. Así que probamos a montar una y la cosa salió mucho mejor de lo que esperábamos. Todo el mundo, nosotros los primeros, acabó encantado con la iniciativa, así que decidimos repetir.

La ubicación y decoración de estas fiestas sexuales

Normalmente solemos llevar a cabo estas fiestas en algún chalet cercano a nuestra ciudad, porque preferimos hacerlas fuera de casa, sobre todo si viene gente con la que no tenemos tanta confianza. A veces alquilamos también alguna habitación de hotel, donde ya nos conocen y no ponen ningún tipo de pegas, pero lo más usual es ir a la caso de campo a las afueras, donde podemos crear también la ambientación perfecta. Lo ponemos todo en plan romántico y sensual, para que el ambiente sea el perfecto. En ocasiones incluso hemos hecho fiestas sexuales temáticas, donde todos han tenido que venir ataviados con uniformes, por ejemplo, o de romanos, para disfrutar de auténticas bacanales.

fiestas-sexo

Qué hacemos en ellas

Absolutamente de todo. Es nuestras fiestas los límites los pone cada cual, así que se permite el intercambio de parejas, las orgías, el sexo de todo tipo siempre que sea consentido por ambas partes… Disfrutamos muchísimo trayendo a gente nueva y viendo cómo se desatan de pura pasión en nuestras fiestas, porque precisamente están para eso, para sacar un lado morboso y salvaje que tal vez desconocíamos de nosotros mismos, o que no estábamos tan habituados a disfrutar. Por eso son fiestas tan especiales.

En ellas hay mucho sexo, por supuesto, pero también se forjan buenas amistades. Hablamos de nuestras experiencias, compartimos información, nos dejamos llevar cuando el alcohol ya hace que todo nos importe un poco menos… Pero eso sí, siempre con la seguridad por delante. Solemos poner ciertas normas a la hora de llevar a cabo las relaciones, más que nada por la propia seguridad de la gente, como por ejemplo restringirlas a ciertos lugares. Al final, el objetivo es terminar extasiados, y siempre lo conseguimos.

Invitamos a personas conocidas (y no tan conocidas)

Al principio solo invitábamos a estas fiestas a gente de nuestra total confianza, sobre todo parejas con las que ya habíamos estado antes y que sabíamos que estaban dispuestas a probar algo así. Poco a poco, nuestro círculo se fue agrandando, y empezaron a venir amigos de amigos. Incluso a veces, mi chico y yo hemos llegado a invitar a parejas que no conocíamos de nada, pero que nos resultaron interesantes, en un bar o una cafetería. Muchas no venían, pero las que lo hacían nos lo agradecían de por vida, por haberles mostrado algo diferente en lo que al sexo se refiere.